viernes, 20 de enero de 2012
Absurdas opiniones. Absurdos representantes
Ya es habitual en nuestros honorables legisladores y representantes imbuidos de progresistas ideas el hecho de no dar pie con bola. Nada nuevo ni sorprendente.
Ahora, con motivo del triste caso de la menor embarazada de la localidad General Campos se conocieron unas desafortunadas e indignantes opiniones vertidas por los (supuestos) representantes del pueblo entrerriano Américo Schartzman y Verónica Magni, ambos miembros del Partido Socialista, quienes junto a otros “representantes de distintas agrupaciones sociales y sindicales pidieron la renuncia del Ministro de Salud de la provincia Hugo Cettour por considerar que al haber hecho pública su posición antiabortista en el mencionado caso podría haber inducido al juez de la causa en la resolución del caso que epilogó de otra manera”, dice el diario El Heraldo.
Estos señores antes de lanzar sus sandeces declamatorias llenas de sinsentido, deberían dedicarse, según nuestra humilde opinión, a defender los intereses del pueblo que dicen representar. Si una niña y su madre decidieron continuar con un embarazo que no implica ningún riesgo para la salud de la madre y su hijo, lo que corresponde es hacer todo lo posible para que en adelante todo marche de la mejor manera. Y segundo, si hubo un abuso sexual hacer todo lo posible para que no quede impune. Esa es su única obligación y no otra. Como representantes del pueblo ayudar, apoyar y alentar a una representada que optó por llevar adelante un embarazo y dar vida. ¿Qué les molesta tanto señores representantes?
Igualmente indignantes y totalmente fuera de lugar las declaraciones de las sesudas militantes de “Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito Entre Ríos” quienes denunciaron que la madre de la menor “está siendo intimidada, presionada y manipulada para que retire el pedido de la interrupción del embarazo, en un evidente abuso de poder por parte del juez, también de los médicos que intervienen con “pericias medicas” e informes sobre la supuesta viabilidad del embarazo en la niña de 11 años”.
Parecería que las variopintas agrupaciones lesbo-feministas-abortistas de injustificada existencia, con sus marchas y expresiones no generarían “presión” ni inducirían a obrar en un determinado sentido. Entonces, ¿cuál es el fin de sus dichos y actos? ¿No tienden con ellos a torcer la opinión en un cierto sentido? Y además, ¿no vulneran con su beligerante y arrogante actitud el derecho de la madre y los familiares? ¿Por qué no dicen que organizaciones pro-aborto presionan, intimidan y manipulan para que se realice un aborto o que manipulan burdamente los sentimientos de la madre? ¿No se les ocurrió pensar que quizá no quería un aborto para su hija? ¿No se les ocurrió imaginar otra manera de poder ayudarla?
Ahora bien. En caso de que el juez, los profesionales médicos y familiares opinaran en un sentido contrario, todos estos supuestos defensores de derechos, ¿se manifestarían de igual manera diciendo que hay presión, inducción, intimidación? ¿Realmente les interesa a estas activistas la salud y los derechos de esta persona o sólo quieren exhibir como un mezquino triunfo que se practique a toda costa un aborto?
Un poco más de sensatez dentro de su errónea ideología, hubo en la opinión de Verónica Marzano vocera de línea “Aborto Más Información Menos Riesgo” quien habría dicho, “en principio quiero aclarar que nos encontramos a favor de la vida, la salud y elección de la mujer de querer continuar o no con su embarazo”. Es justamente esto último lo que todos quienes están a favor de la interrupción del embarazo no logran o no quieren ver.
Por eso, de ahora en más, como organizaciones compuestas de “fervientes luchadoras” al servicio del bien común, lo único deseable sería que se dedicaran a exigir a las autoridades competentes que a la joven madre no le falte nada de lo necesario, material, psíquica y espiritualmente y volcar todos sus esfuerzos en esa dirección. De esa manera estarían realizando un verdadero e invalorable bien y contribuyendo al mejoramiento de la salud de la población…y serían un poquito más creíbles.
Rogamos a Dios se impongan en este amargo caso el buen sentido y la Caridad.
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