Buena noticia para la Argentina


El Santo Padre ha nombrado a monseñor Juan Alberto Puiggari, hasta ayer obispo de Mar de Plata, arzobispo de Paraná. Monseñor Puiggari cumple 61 años el próximo 21 de noviembre y le adjudican una diócesis conservadora que todavía guarda el recuerdo de aquel excelente obispo que fue monseñor Tortolo.

El arzobispo Puiggari pertenece a la misma línea eclesial y su nombramiento quiebra, al menos en esta ocasión, la línea omnipresente y onmipotente del nefasto Bergoglio. Ojalá sea una primera señal de que al fin cae el sátrapa bonaerense que tanto daño ha hecho a la Iglesia argentina. No faltan indicios, Dios quiera se confirmen, de que su estrella comienza a declinar, o sucumbir, o sucunzar.

Los errores en los nombramientos cardenalicios la Iglesia los padece muchísimos años pues son inmensos los daños que causan. Martini en Milán, Danneels en Bruselas, Mahony en Los Ángeles, Bergoglio en Buenos Aires, Nostach en Barcelona, Amigo en Sevilla...

Esperemos que en Roma se hayan dado cuenta de la catástrofe que supuso la bergogliada y el nombramiento de monseñor Puiggari sea el inicio de la resurrección de la Iglesia argentina. Que no se podrá producir hasta que nos libren de ese cardenal con cara de acelga estreñida que ha hecho más daño que el mismo Néstor, afortunadamente ya desaparecido.

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