LA MEMORIA, LAS MALVINAS, LA ESCUELA Y LOS MEDIOS

LA MEMORIA, LAS MALVINAS, LA ESCUELA Y LOS MEDIOS

En la “semana de la memoria”, una alumna de la Escuela CREAR de Concordia fue llamada a la “reflexión” porque su trabajo –que luego fue expuesto con correcciones de las docentes–, molestó a la Prof. Rosana Arrarte y a la directora de dicha escuela privada, Prof. Gabriela Lapidus. La primera de las docentes nombradas, al mejor estilo de las maestras de antes, mandó a la díscola alumna a la dirección, a que diera las explicaciones del caso. Típica reacción de las que se dicen tolerantes y hacen alarde de estar al último grito en cuestiones pedagógicas, pero que en el fondo no persiguen otra cosa que imponer un pensamiento único.

El viernes 1 de abril, en el Colegio Alejandro Carbó de nuestra ciudad se tuvo la desafortunada idea de juntar en un mismo acto el “día la memoria” y la gloriosa Gesta del 2 de abril de 1982. Hicieron una ensalada fenomenal, relacionando a gusto y paladar hechos que nada tuvieron que ver unos con otros. Los alumnos que participaron en el acto confeccionaron los afiches que leían en base a lo sugerido por los/as docentes a cargo del mismo. De manera que se escucharon los latiguillos de siempre: que la guerra fue un manotazo de ahogado de la dictadura, que ésta decidió “invadir las Islas” (¿se invade lo que nos pertenece, o en un acto concreto de ejercicio de la soberanía se decide recuperar lo que es nuestro?), que se mandaron miles (sí, miles) de jóvenes a la muerte, y sandeces por el estilo. Ni una mención a los héroes, a los que dieron su vida y a los que volvieron, que desde el instante mismo de su regreso sufren las consecuencias de la “desmalvinización”, llevada a cabo por los traidores que se sucedieron en el gobierno desde julio de 1982 a la fecha.

Al día siguiente, en el acto oficial realizado en la plazoleta Islas Malvinas, el presidente del Centro de Veteranos de la ciudad de Concordia, Guillermo Pérez, habló sobre esta lamentable situación que se da en las escuelas, con la exhibición de películas nefastas, como "Los chicos de la guerra" o "Iluminados por el fuego", obras de verdaderos canallas que solo se limitan a mostrar las miserias de toda guerra.

Lo de los medios ya se sabe. En la AM local alguien dijo algo así como que “con el hundimiento del Belgrano nos empezamos a dar cuenta de que no íbamos ganando”, cuando la guerra prácticamente recién daba comienzo con ese hecho. A nivel nacional, en los entretiempos de las transmisiones del fútbol por TV tuvimos que soportar los comentarios del miserable vendepatria Marcelo Araujo (cuyo verdadero nombre es Lázaro Jaime Zilberman). En los ’90 menemista y relator estrella de la empresa a la que la AFA le otorgó el monopolio de la televisación del fútbol, y hoy kirchnerista y cabecilla de las transmisiones del fútbol por el canal estatal, este personaje encarna al típico veleta, oficialista siempre. Antes, a favor de los empresarios que lucraban con el popular deporte; ahora, abanderado del “fútbol para todos”, con el discurso derechohumanista incorporado hace poco para matizar sus feos relatos y quedar bien con sus patrones. Este imbécil que solo entiende de negocios, habló, en el lenguaje pacifista que caracteriza a los individuos de su calaña, de los miles que fueron enviados a la muerte y de las colonias que se independizaron por la vía pacífica. ¿Qué libro de historia habrá leído?

La síntesis de nuestro pensamiento sobre la gloriosa Gesta del 2 de abril de 1982 la expresamos en la transcripción del siguiente párrafo de un artículo del V. G. Marcelo Alvarado, aparecido en la revista Cabildo de Abril de 1987: "En Malvinas hubo sangre derramada, hubo hazañas y hubo próceres cuyos nombres ya no pronuncia ni recuerda nadie, hubo oraciones compartidas al pie de la trinchera, hubo jefes que marcharon con dignidad y subalternos que se comportaron como jefes, hubo ejemplos y testimonios inolvidables, sacrificios, abnegación, desinterés y arrojo. Y hubo algo que no podrá negarse con películas infames o libelos canallas: ninguno de los caídos, ninguno de los muertos, acabó su vida maldiciendo la guerra. Cerraron sus ojos entre rosarios, el cuerpo hundido entre la turba, pero la cara al sol buscando los luceros; y ellos están presentes con nosotros".
¡MALVINAS VOLVEREMOS!
¡VIVA LA PATRIA!

Lorenzo Guidobono