jueves, 14 de julio de 2011

14 de julio de 1789 - Toma de la Bastilla


La Bastilla: Mito y realidad.

"La Bastilla era una prisión del Estado...Sus huéspedes no eran benficiarios de la justicia ordinaria, sino de aquella que hacía al secreto y a la razón de Estado...Aristocrática bajo Richelieu, financiera bajo el ministerio de Mazarino, se volvió protestante, jansenista y convulsionista en la época de Luis XV para abrirse a la literatura y la filosofía en pleno siglo de las Luces. Luis XVI la desprestigió y hasta se pensó, en el Ministerio de finanzas del Reino, en una posible desafección.No tenía clientes y sus muros vacíos añoraban los combates singulares, la Fronda, el jansenismo, los libelos incendiarios y los robos en la caja fuerte de papá...
Se me hace difícil pensar que el pueblo de París viera con tan malos ojos a una prisión destinada a los grandes personajes del Reino y, en muchas ocasiones, para los financistas más sobresalientres.
La toma de la Bastilla no tuvo inmediatamente el eco publicitario que logró más tarde. No digo que pasó inadvertida, pero los documentos periodísticos que se refieren a ella, contemporáneamente al suceso, no lo ven como un acontecimiento importante y es curioso advertir que la crónica consagrada por Marat al hecho está muy lejos de ser laudatoria.
Esa enorme fortaleza, símbolo del depotismo, donde añoraban mejores tiempos ochenta inválidos de guerra, albergaba, en ese preciso momento, siete presos: dos locos y cuatro o cinco monederos falsos y, como escribe Moniquye Cottret, "eran tan poco recomendables que se inventó sobre el tambor, algunos embastillados imaginarios".
Cuando se adora el éxito por encima de cualquier otra cosa, una mentira que se impone deja de ser una mentira y se convierte en eso que los bien entendidos llaman una verdad política. La Bastilla es, definitivamente el símbolo de un régimen opresivo y siniestro".

Rubén Calderon Bouchet, de su obra La Revolución Francesa.

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