miércoles, 10 de agosto de 2011

Otra monada de Monetta





En su articulo "La patria en celeste y blanco" publicado en ocasión de celebrarse un nuevo aniversario de la creación de la bandera nacional, nuestro ya conocido "heráldico" Ricardo Monetta estampó, entre otras inexactitudes y vaguedades, esta que aquí transcribimos: "Nuestro país tiene una pasión casi necrofílica para recordar a sus hombres más valiosos. Siempre los homenajes coinciden con su desaparición física, y no con su natalicio o la realización de su obra cumbre. Y Manuel Belgrano no es la excepción. Se hace coincidir su muerte con la promulgación del día de la Bandera, como si esa fuese su máxima realización".
Como no pensamos que el hecho de que celebremos la muerte de nuestros próceres obedezca a una extraña pasión necrofilica de los argentinos, según afirma Monetta -y varios que creen que con eso se ponen del lado de los que honran la vida-, sino que tiene un sentido muy distinto a ese, copiamos a continuación algo que alguien dijo alguna vez, con motivo del fallecimiento del R.P.Castellani, y que tal vez sirva para aclararle un poco mas el panorama sobre el cabal sentido de tales festejos: "A los santos (prohombres, podriamos decir) hay que festejarles la muerte y no el nacimiento...Los que recuerdan el nacimiento, celebran la aparición poco pulcra de un informe y desvalido embrión humano, que no se sabe si durará y qué dará de si...Los que festejan la muerte celebran la madurez de un alma inmortal , que rompe un cuerpo gastado hasta la cuerda".



Como se ve en la cita, ni necrofílicas pasiones (Monetta), ni tanatofilia desmesurada (Salduna); sino la esperanza cierta de los que creen en la inmortalidad del alma y en la promesa, para los que amaron la Verdad, de la vida futura en el Reino que ya no tiene fin, tras la muerte.

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