miércoles, 23 de febrero de 2011

La ilimitada estupidez humana - Indigenismo


Un seudo-charrúa o "charrúa del corazón"(foto) propone llevar a juicio a Fructuoso Rivera.

Antes que nada aclarar que ninguna simpatía nos despierta don Fructuoso, ni vamos a festejar ningún genocidio ni exterminio sistemáticamente planificado, cualquiera sea el motivo que lo impulse.
Tal como viene sucediendo en el sur del país y Chile con la comunidad mapuche, ahora quiere repetirse lo mismo en nuestro noreste, Pvcia. de Entre Ríos y la República del Uruguay con la comunidad charrúa.
Lo primero es ponerse en el lugar de victimas (de la conquista hispánica, de la Iglesia Católica, del Estado Nacional) y alegar cientos de años de lucha y resistencia, para luego desde allí, munidos de la ideología de los derechos humanos, el ecologismo y de los mas variados tópicos izquierdistas -nunca citan a un ideólogo o intelectual "originario"-, levantar el dedo acusador y erigirse en dueños absolutos de la verdad; en jueces infalibles del pasado y el presente, pasado en el que las élites gobernantes de entonces cometieron siempre los mismos crímenes de lesa humanidad que los militares que en las décadas del 60/70 combatieron la guerrilla castro-marxista en sudamerica; y en sujetos de todo tipo de derechos.
Aunque no les guste decirlo siempre de hecho se consideran la "reserva moral" de la sociedad moderna -bastante contaminada por cierto- a la que vienen a enseñarle -pues para eso resistieron tantos siglos- el respeto, la sensibilidad, la armonía , la importancia de la palabra, la defensa de los derechos humanos, del medio ambiente, de la democracia, los beneficios de la horizontalidad y demás sabiduría transmitida por la pacha mama; predica para la cual un auditorio crédulo y distraido nunca les falta.

Llegados a ese punto poder proferir sin en el mas mínimo atisbo de vergüenza cosas como estas:

"Los crímenes de lesa humanidad no caducan. Juzgar a Rivera y a todos los asesinos.
Ya se sienten tensados los arcos de la memoria ancestral. Las boleadoras cortando el aire de impunidad. Rebrota la fortaleza charrúa, que acompaño a Artigas contra el invasor. Surge desde los tiempos su horizontalidad, los caciques fueron una necesidad de organizarse para enfrentar la agresión. Hoy sus descendientes, mantienen la importancia de la palabra, del honor de cada palabra. Y los que no somos descendientes, que supimos hablar con la pacha mama. Que fuimos capaces desde el corazón, sentirnos Charrúa. De sentir la energía atravesando el tiempo, de negarnos a creer la falsa historia que nos contaron. De repudiar, que nos impongan falsos héroes, homenajeando con sus asesinos nombres de calles y parques. Todos los gobiernos, durante 179 años contando una "historia oficial" que mantuvo hasta hoy la impunidad de aquel acto, terriblemente violador de los Derechos Humanos como fue, la matanza de indígenas en los campos de Salsipuedes el 11 de abril de 1831. Considerado ya en la época como un "crimen de lesa humanidad", fue ocultado al Parlamento, a la prensa y a la historia, en una suerte de "pacto de silencio", implícito u ordenado por el gobierno de Fructuoso Rivera. Así fue el comienzo del Uruguay “democrático” que nos quisieron vender, donde los derechos fueron pisoteados, donde no se respeto la vida, y se habla de festejos del bicentenario. Que carajo quieren festejar. Que en el parque Rivera, esta el estadio Charrúa. Insensibles, inhumanos, y cómplices. Si claro que si cómplices, desde aquel gobierno del asesino de Rivera hasta el gobierno de hoy de José Mujica. Todos cómplices, responsables de la educación, de las mentiras históricas. Y todavía reafirman el Uruguay de la impunidad histórica, con la ley de caducidad, en estos 25 años.
Cada mañana aplaudo al sol, y lo despido al atardecer. Amo esta tierra que extranjerizan, que la lastiman con el monocultivo. Que la envenenan a ella y a nosotros con los transgénicos. Que la matan con la minería a cielo abierto. Que la venden por monedas a las multinacionales, sin importarles su pueblo. Del otro lado de los Ríos de la Plata y Uruguay, también viven Charrúas. Hermanos de la historia. Su sabiduría por siglos despreciada, por asesinos de la Humanidad, consideraban a estas tierras, como su madre, la pacha mama. Si esos salvajes que pretendieron exterminar, para el “progreso” de estos países, tenían y por suerte tienen, la capacidad, de la sensibilidad, de la armonía, y del respeto. Como Charrúa que soy desde la energía que me da vida, seguiré luchando por la defensa de los Derechos Humanos, junto a mis Hermanos. Viva los Pueblos Originarios, los verdaderos y merecedores dueños de estas tierras".
Ricardo Silva (Caio)

Conclusión (previsible): este Silva tiene mas de zurdo que charrúa.

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