jueves, 3 de marzo de 2011

¡Acábenla con Vargas Llosa!


No caigamos en el error de dar por el pito más de lo que el pito vale. Los argentinos arrastramos algunos estigmas que hacen que luego, todos aquellos a quienes miramos “de rabo de ojo a un costao” nos tomen para la joda. La más perniciosa de esas lacras es aquella que nos hace creer que la muerte mejora a cualquier quía que en vida nos apretó el cogote. Hay múltiples pruebas de nuestra fe en la posibilidad mejoradora de la muerte. Sin ir más lejos en los últimos dos años la muerte, sumada a un desquicio moral sin precedentes, ha hecho que los argentinos ascendieran al altar a un político inútil por la necesidad de inventarnos un padre de la Patria. Lo peor sucedió no hace mucho, la muerte elevó al mismo altar al gestor de ese desquicio moral. La otra tara argentina es aquella que convierte en un ser amado a cualquier tipo que pelee con nuestro enemigo inmediato, luego, no nos alcanza el tiempo para arrepentirnos.
El enfrentamiento que mantenemos con los acólitos del gran canalla difunto hace que hoy Vargas Llosa nos parezca un iluminado, que lágrimas de indignación rueden por nuestras mejillas porque un alcahuete al que por lisonjero le han dado como canonjía la dirección de la Biblioteca Nacional sostenga que es una vergüenza que el Nobel de Literatura inaugure la Feria del Libro luego de lo que ha dicho éste sobre la presidente y sobre los argentinos. Bien, nada de lo que Vargas Llosa dice sobre nosotros nos es extraño y ni siquiera mentira, y es un hecho que sus diatribas contra la presidente nos sacan, cuanto menos, una sonrisa de placer. Pero hasta ahí.
El escritor peruano es partidario del reconocimiento pleno de los derechos de los gays, matrimonio y adopción, y más allá de lo excelente escritor que es no debemos olvidar que es un furibundo militante del aborto y que siendo candidato a presidente de Perú hizo su campaña bajo la promesa que iba a rever la actuación de las FF.AA. peruanas en su guerra contra la subversión de Sendero Luminoso, asegurando que esta iba a ser hecha en base a la defensa a ultranza de los derechos humanos conculcados por las FF.AA del Perú. Es decir, Vargas Llosa, ex posible presidente de Perú, hubiera hecho con sus militares y policías lo mismo que acá estamos sufriendo. Por otra parte, este “latinoamericano” no escatima oportunidad para denostar a la Iglesia Católica, ni lo que como obra evangelizadora ésta hizo en América. Que abra o no la Feria del Libro me resulta indiferente, que lo escrachen o no, no cambiará en mi su calificación. Es, ideológicamente, tan enemigo mío como cualquier K.

JOSE LUIS MILIA

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